No obstante, a Barrow no le gustaba la idea y declaró que MacPhail se llevaría el control «por encima de su cadáver». Antes de la adquisición, Barrow les recalcó a Webb y Topping: «La importancia de mantener el status quo y dirigir una organización de campeonato de primera clase, respetada». MacPhail vendió su parte a Webb y Topping en octubre de 1947 por dos millones, tras una confrontación con el presidente de los Dodgers en la celebración de la Serie Mundial de 1947, por lo que dejó de ser gerente general y George Weiss pasó a ocupar el cargo.