Si hay alguien que puede entender el despertar merengue de Guti, fruto de su paso por la categorías inferiores del Madrid, ese es Pepe de la Sagra. Curiosamente, vivía apenas a cuatro manzanas de Guti, en Torrejón de Ardoz, y jugó junto a él durante toda su infancia en el Rayito, un humilde club torrejonero. El ya canterano blanco en esos años se la jugaba yendo a competir fuera de la órbita del Real Madrid, algo que aún despierta sorpresa entre los miembros de la peña: «Eran por la tarde y por la noche y él venía con nosotros. Y también jugaba con su equipo -el Real Madrid- los fines de semana. Sorprendía. Imagínate que se lesionase jugando al fútbol sala. A ver qué contabas… ¿que te caíste por las escaleras? Claro, no podías decir: ‘He estado jugando con la peña barcelonista un torneo'».