“A veces intentamos parecer mayores porque así tenemos más independencia”, explicaba una de las chicas participantes en el estudio. “Los niños aprenden de manera activa todos los días las contradictorias y a menudo confusas maneras en que el género y la sexualidad los modela, cómo se sienten con sus cuerpos, lo que pueden hacer, dónde pueden ir, cómo se relacionan con los demás y cómo los demás se relacionan con ellos”, explica la autora para recordar que gran parte de estos comportamientos tienen como objetivo reforzar la posición de poder de los jóvenes frente a sus compañeros.