Sin prisas, pero sin pausa, y sobre todo, atendiendo las necesidades de sus hijos (periodistas como él y su esposa, Mar Díaz Varela), a los que vuelve a referirse en su última confesión de escritor a juntaletras: «Veo que las plantillas se recortan, que los sueldos son menores y, claro, el abuelo, como ha ahorrado y está sobreprotegido electoralmente, pues les echa una mano». La segunda, como él mismo explicaba en un artículo de La Vanguardia, que dicha subida no es real, ya que al no deflactar la tarifa, la retención del IRPF también ha aumentado, por lo que la tercera parte se la queda hacienda a costa de la seguridad social.