Este año, como os decía, es la segunda camiseta la que no gusta, pero no tanto por la camiseta en sí sino por un detalle que para muchos colchoneros es imperdonable: el escudo no es rojiblanco. No sé si sueles entrar en páginas de información de otros países, en el supuesto de que tu intelecto te llegue para entender otros idiomas o asomarte fuera de tu corral, pero en Alemania, Francia, Italia e Inglaterra se han hecho eco de la noticia con elogios unánimes.